La adicción

Cuanto más me esfuerzo en recordar, más borrosas se vuelven las imágenes en mi memoria. Apenas puedo identificar alguna emoción y esta se escurre entre mis dedos como el agua. No puedo, grito silenciada por mi propio eco sordo sobre estas paredes extrañas. Me siento aislada. Estoy Atrapada dentro de mi propia cabeza.

Estoy sonriendo. La que era yo está sonriendo. Cuánta luminosidad de aquellos años. Mi infancia feliz. Quiero regresar a como de lugar. Observo esas memorias jubilosas y sollozo. Pero se van, como todas las demás.

¿Soy yo una memoria que se fue y no sabe a dónde? ¿Qué pasó?

Soy una memoria sin recuerdos. Una memoria que lucha y lucha y lucha y

Lucha por un poco de silencio.

Cuanto más me esfuerzo en recordar, los sonidos se van volviendo chirrido. 
Estoy en el suelo de dentro de mi cabeza mirando el cielo donde habían estrellas. Todo es negro, rojizo, cambiante, opresivo. No existo ya. Este recipiente es solo eso. Se quedó sin un ser a quién contener y sobre el qué basar su existencia, sus respiraciones. Solo respira, apenas. 

Quiero volver de donde me fui y ser lo que siempre fui. 

Cuánto más me esfuerzo, suecede que a veces puedo ser feliz.

Dependo de esta lucha como un adicto a la heroína. Quien logra sentirse amado, quien logra sentir amor hasta caerse de bruces contra las rocas. Una y otra vez, una y otra vez en busca de un atisbo de la plenitud alguna vez lograda.

¿Why are we so separated?

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